Historia

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En los años 1985-1986, en el seno del CRICYT, surgió el Área de Ciencias Humanas del CONICET. La misma congregó a investigadores, profesionales, técnicos y becarios del sistema CONICET, más algunos adscriptos de otros ámbitos, como el  Gobierno de Mendoza, cuyas especialidades representaban un amplio espectro, que sin duda desbordaba los rótulos de Ciencias Humanas e incluso de las Sociales.

En esta realidad de trabajo heterogénea, con abogados, arqueólogos, arquitectos, economistas, filósofos, geógrafos, historiadores, ingenieros, lingüistas, psicólogos, entre otros, se gestó un Área de trabajo que debió procurarse desde el espacio y equipamiento suficiente, hasta forjar su razón de ser, no sólo hacia el interior del CRICYT y en el ámbito intelectual de Mendoza, sino también ante el CONICET. Desde su origen, el Área de Ciencias Humanas permitió el agrupamiento de sus integrantes según sus intereses científicos.

En este marco, se hizo un esfuerzo importante y se pudo  mostrar ante CONICET una adecuada coherencia, basada principalmente en la potencialidad de la diversidad de campos, en la relevante cantidad de investigadores, profesionales, técnicos y becarios reunidos en el Área y, fundamentalmente, en la producción del conjunto en sus respectivos campos.

El 08 de noviembre de 1994, por Resolución N° 1500 del Directorio del CONICET, se alcanzó el estatus de Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (INCIHUSA).

A través de los años y debido al incremento sistemático de becarios e investigadores, surgieron nuevas líneas de investigación que conllevaron a la modificación y creación de nuevos grupos. Como resultado de este proceso, el INCIHUSA se encuentra conformado por doce grupos de investigación.

Por la calidad de sus proyectos, el Instituto ha sido reconocido con apoyos financieros de diversos organismos nacionales e internacionales. El 4 de agosto de 2017, el Directorio de CONICET aprobó el Proyecto denominado: “Patrimonio cultural de Mendoza. Registro, análisis y prospectiva de bienes culturales-ambientales como recurso de desarrollo local e innovación socio-cultural”, presentado por el INCIHUSA en el marco de la Convocatoria 2017 de Proyectos de Investigación de Unidades Ejecutoras. El mismo prioriza el abordaje del patrimonio cultural de Mendoza en sus dimensiones materiales y simbólicas como objeto de estudio, y como herramienta propicia de vinculación con los organismos gubernamentales, y actores de la sociedad civil.

Debemos destacar el aumento sostenido en las actividades de vinculación tecnológica, plasmadas en la celebración de Convenios Marco de colaboración y desarrollo mutuo; Convenios de Asistencia Técnica; Servicios Tecnológicos de Alto Nivel (STAN); Asesorías individuales; Aprobación por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y en el marco de los proyectos ASETUR del proyecto “Puesta en Valor del Camino del Villavicencio-Alto del Paramillo. A doscientos años del Cruce de los Andes” en colaboración de la Municipalidad de Las Heras, uniendo el mismo, el vínculo entre patrimonio cultural y aprovechamiento turístico.

En el periodo 2019 se realizó la presentación del diseño e implementación de políticas en gestión de datos sobre depósitos de material, acceso abierto, digitalización, difusión y preservación de la producción científica elaborada por los investigadores del Instituto, en el marco del Proyecto del Repositorio Institucional “INCIHUSA Digital”. Asimismo, se desarrolló una política activa de comunicación pública de la ciencia, mediante la creación de la Multiplataforma de Divulgación Científica que contó con la participación de estudiantes y graduados de universidades públicas y privadas de la provincia. También se creó el Gabinete de Estudios Zooarquelógicos y Protocolos de acceso abierto, que disponen de un Plan de Manejo para la gestión de registro y consulta de la colección de elementos óseos del Instituto.