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Patrimonio: siguen en riesgo grabados rupestres del cerro Tunduqueral

Se propone que para una mejor conservación de los motivos grabados sobre las rocas, deberían disponerse de medidas posibles de salvaguarda.

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6 de enero de 2018

Al menos en un par de oportunidades, sendos artículos de Los Andes en 2017, se han referido a los grabados rupestres del cerro Tunduqueral, del valle de Uspallata (departamento Las Heras), haciendo saber sobre su valor patrimonial cultural, los daños causados a los grabados y a cierta desprotección del lugar.

Nosotros mismos fuimos testigos de alguna de esas acciones a fines de los ’80 pasados, que denunciamos para parar la acción de dinamitar y extraer rocas del cerro por una empresa contratista del Estado, que utilizaba el material para defensas en el río Mendoza, llevándonos a testificar en una causa judicial sobre el hecho, a denunciar la situación en la Dirección de Patrimonio de entonces, haciendo lo propio en periódicos como diario Los Andes.

Produjimos asimismo un borrador de decreto de declaración patrimonial del sitio, de otros con grabados rupestres, del camino incaico y de los tambos asociados del noroeste de Mendoza que, presentado ante la autoridad pertinente, fue dictado con el número 1356/89, declarando patrimonio cultural a todos esos bienes.

Lo mismo ocurrió, en cuanto a la protección institucional y legal del sitio y su patrimonio cultural, cuando se incorporó, en la ordenanza N° 5/91 de la Municipalidad de Las Heras, nuestra propuesta al respecto, en el marco de la zonificación de áreas de Uspallata que la norma municipal estableció (zona de preservación y conservación del patrimonio cultural).

En esa época, también procuramos un subsidio del Fondo Nacional de las Artes, avalado por la representante del mismo en Mendoza, obteniendo fondos que, sumados a otros personales, nos permitieron delimitar la formación con grabados, mediante un cerco perimetral, demarcando un sector de ingreso, con playa de estacionamiento y lugar para residuos que recogería la delegación municipal.

Registro exhaustivo

Diseñamos un circuito de visitas, que señalizamos con carteles indicativos del tránsito más adecuado y explicativos del significado del sitio y sus grabados, prosiguiendo con nuestras investigaciones del arte rupestre del lugar y del cercano yacimiento arqueológico, denominado Uspallata Norte.

De las tareas en el cerro, durante las que dirigimos un equipo universitario de profesionales y alumnos avanzados, surgió su relevamiento topográfico -plani-altimétrico con teodolito-, el calco de todas sus representaciones -antropomorfas, biomorfas, abstractas-, como así fotografías en blanco y negro y color, con escalas, de paneles en su conjunto y de cada motivo.

Esto implicó un registro exhaustivo volcado también a planillas ad hoc, a la vez que una parte del registro de calcos se reprodujo en negativos en el área de fotogrametría del Gobierno de Mendoza.

Posteriormente, opinamos favorablemente sobre utilizar parte del lugar como locación de un film de producción internacional (“Siete años en el Tibet”) y ejercimos la supervisión, para evitar impacto cultural, sobre las acciones fílmicas e infraestructura efímera para locaciones (v.g.: representaciones de algunas edificaciones significativas de la ciudad de Lhasa, del Tibet). 

Finalizada esta actividad, como se había previsto y controlado, la situación volvió a la inicial, sin desmedro patrimonial quedando, a cambio, lo que solicitamos a la producción cinematográfica: la cabaña para un servicio de guarda del sitio y eventual centro de interpretación, que aún persiste con las funciones primeras, más una escalinata de madera para salvar del pisoteo el tránsito sobre el terreno, en el circuito de visitas a los grabados, mientras que una estructura, del tipo de galpón abierto, utilizada por la producción en otra de sus locaciones como “campo de prisioneros”, fue llevada para erigirla como “parador” en la playa de estacionamiento, siendo utilizada por terceros con otros fines y fuera del lugar.

A estas acciones siguió el que preparáramos, en relación con las autoridades patrimoniales gubernamentales y de la delegación municipal Uspallata, al igual que con la Asociación de Bomberos Voluntarios de esta villa, a un grupo de jóvenes como guías para las visitas.

Es más, los dos primeros meses de la labor efectiva de dos de ellos en el cerro, las sufragamos personalmente, no lográndose en ese tiempo que la responsabilidad del soporte de protección y guía estuviera en control gubernamental.

Posteriormente, hubo muchas acciones en pos de la protección, preservación, conservación y valorización patrimonial del sitio: sea por organizaciones privadas, por la municipalidad en conjunción con la Universidad Nacional de Cuyo, con nuevos estudios -incluso una tesina de licenciatura-, planes de manejo y efectiva guarda del sector.

Para nosotros está claro que el lugar ha sido de interés y hubo y hay voluntad de protección, desde que, hace más de cincuenta años, vecinos de Uspallata llamaron la atención sobre los grabados del cerro Tunduqueral, lo que fue atendido desde la UNCuyo por el doctor Juan Schobinger, que los reconoció y produjo el primer estudio científico del sitio, estableciendo sus relaciones con otras representaciones del centro oeste y noroeste argentino y del Norte Chico chileno, pensando si tendría vinculación con el cercano yacimiento cerámico de Uspallata Norte -entre otros tipos, cerámica decorada con incisiones, del tipo Agrelo-, adjudicando a los motivos rupestres una antigüedad de unos mil a mil trescientos años antes de ahora.

Por toda esta labor institucional gubernamental, nacional, provincial y municipal, incluso de personas y organizaciones no gubernamentales, estimamos que, más allá del natural deterioro que pueden sufrir los motivos grabados sobre rocas a la intemperie, las acciones de personas en detrimento patrimonial, como las denunciadas últimamente, deberían estimarse en su alcance y posible remediación, ajustándose las medidas de salvaguarda según posibilidades efectivas, pues no las hay absolutas para prevenirse de quienes buscan dañar.

Por esto mismo, nuestra opinión es que el tema debería tratarse en su propio marco de salvaguarda patrimonial actual y no en el de otros proyectos, por más amplios y beneficiosos que estos pudieran resultar para el área y la sociedad.

Finalmente, sería de interés que en los artículos sobre los grabados se afianzaran los conocimientos al respecto. Por ejemplo, a nosotros nos sorprende que en uno de ellos se postule seis mil años de antigüedad para los grabados, por lo que sería de interés ilustrar de dónde surge esta postulación.

Nos parecía que la antigüedad de aproximadamente un milenio antes de nuestro tiempo correspondía bastante bien a por lo menos una parte importante de las representaciones y, si bien no hay una correlación directa, pensábamos que nuestra datación por cronología absoluta de materiales de Uspallata Norte, en c. 950 d.C., podía contrastar positivamente el postulado original del doctor Schobinger.

Por otra parte, debería explicarse de dónde surge, como se propone en otros artículos, esta vez en la web que refiere los grabados, que el lugar fue elegido por las mujeres para celebrar rituales femeninos y que esto se haría en época inca.

Síntesis bibliográfica:

Bárcena, J. Roberto. 1991. La protección del patrimonio arqueológico. Programa Provincial de Montaña. Gobierno de Mendoza. Mendoza. 38 pp.

Zárate Bernardi, M. Sol y Flavia Sergo. 2015. Sistematización del registro rupestre del Cerro Tunduqueral (Uspallata, Mendoza): un “archivo” necesario. VI Jornadas Arqueológicas Cuyanas, Resúmenes (poster), p. 66. CTDR, Los Reyunos, San Rafael, Mendoza.

Por J. Roberto Bárcena – INCIHUSA-CONICET y Universidad Nacional de La Rioja