El 8M como día de reivindicación de las mujeres trabajadoras
El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de las mujeres trabajadoras. ¿Cómo es la situación de las trabajadoras de la ciencia?
Por Valeria Hasan. Referente Regional OVLG.
Este 8 de marzo el movimiento de mujeres y feminismos conmemora una vez más el día internacional de las mujeres trabajadoras. En esta ocasión los reclamos están centrados en las desigualdades económicas y la brecha salarial que impiden la igualdad entre los géneros y una vida libre de violencias en nuestras sociedades.
El origen de la fecha viene marcado por la demanda por derechos laborales y mejoras en las condiciones de vida de las clases trabajadoras. Las diferentes tradiciones coinciden en el mes de marzo como un momento de confluencia para el reclamo. Tanto el incendio de las huelguistas de la fábrica de camisas en Nueva York, en 1911, como los escritos de Clara Zetkin, en 1910, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas donde promovía el Día de la Mujer Trabajadora dan cuenta de la situación de las mujeres trabajadoras a comienzos del siglo pasado. Ambas tradiciones se concentran en la explotación de las mujeres en el mercado de trabajo, las condiciones inhumanas de las fábricas, los abusos de los que eran víctimas, las extensas horas laborales, la lucha por el voto femenino. Se va delineando así un conjunto de tópicos que da forma a lo largo del siglo XX a un campo de problemas específicos en relación a las mujeres como trabajadoras.
Este 8M la problemática recobra vigencia a la luz de lo que conocemos como brecha de género. En este sentido, según el Observatorio de Género del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) “las mujeres siguen teniendo menor tasa de actividad, mayor desocupación, y cuando acceden al trabajo, lo hacen en empleos de menor calidad y en sectores de menor ingreso”. El informe se ocupa también de la problemática de los cuidados ya que históricamente ha sido un condicionante para la inserción plena de las mujeres en el mundo del trabajo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) de 2021 las mujeres dedican al trabajo no remunerado un promedio de seis horas y media diarias en comparación a las tres horas y media de los varones. En el caso de sectores socioeconómicos de mayor vulnerabilidad que no pueden contratar servicios de cuidado la brecha se profundiza reduciendo las posibilidades de inserción en el mercado laboral.
¿Cómo vemos esto en el sistema de ciencia y técnica?
Según datos del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, en Argentina, seis de cada diez personas que se dedican a la investigación científica son mujeres. Sin embargo, solamente dos de diez llegan a puestos directivos o de autoridad. En el caso del acceso a fondos para investigaciones, cinco de cada diez logran ser directoras de proyectos aunque el financiamiento que reciben es menor que el de sus colegas varones.
La brecha de género en el sistema científico tiene matices sutiles. No se trata de que las mujeres no puedan ser científicas sino de que el acceso al mundo laboral es la entrada a una carrera desigual, con obstáculos opacos y que, en general, será recorrida de manera más lenta en función de trayectorias vitales cruzadas por las tareas de cuidados y la maternidad, y sin acceso a puestos de decisión. Para arrojar luz sobre la brecha de género en ciencia, un estudio de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEN–UBA) analizó varios indicadores públicos de ciencia y tecnología. Entre los resultados emergió que las mujeres publican menos que los varones en todas las franjas etarias. Esto se revierte solo en el caso de las pocas que llegan a la categoría Superior del Conicet. La brecha en la cantidad de publicaciones entre varones y mujeres se agranda entre los 30 y los 60 años, coincidiendo con la edad reproductiva, los años de la maternidad y el momento de mayor productividad en la carrera científica.
En los últimos años, las políticas de género encaradas por el Organismo a través del Observatorio de Violencia Laboral y de Género y el Área de Género trabajan para reducir la brecha y las violencias, situaciones que juntas impiden un desarrollo pleno e igualitario de la carrera científica para las mujeres.