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Crónicas de un planeta desequilibrado

Los cambios recientes en el clima son generalizados, rápidos, cada vez más intensos y no tienen precedentes en miles de años.

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25 de agosto de 2021

Por: Elizabeth Beatriz Naranjo Tamayo* y Guillermina Elias*1

“El clima es un bien común, de todos y para todos”. Laudato Si. Papa Francisco,

Tal vez usted pensará que las imágenes vistas en los medios de comunicación en los últimos meses pertenecen a películas de ciencia ficción; se han observado todo tipo de fenómenos climáticos alrededor del mundo. Desde incendios en Turquía, inundaciones en Alemania y Bélgica, hasta caída de granizo de gran tamaño en Italia. Mientras tanto, en nuestra región contrasta por un lado nieve en el sur de Brasil con una situación crítica del recurso hídrico en la cuenca del Paraná y en alta montaña de Los Andes, posición para nada halagadora.

Algunos se preguntarán, ¿qué está sucediendo?, otros dirán: ¡seguro el responsable es el cambio climático!. Pues sí, el responsable de estas movilizantes imágenes alrededor del mundo es la variación significativa y persistente en el clima durante un período largo de tiempo, debido a las actividades humanas, en otras palabras, el ya conocido cambio climático antrópico.

A solo días de haberse publicado el nuevo informe del IPCC relacionado con las Bases Físicas del Cambio Climático, es necesario que reflexionemos sobre algunas interrogantes: ¿es equivalente el calentamiento global al cambio climático? ¿Cómo es posible que no hayan disminuido las concentraciones de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) en pleno confinamiento por la COVID-19 si se redujeron las emisiones de estos gases a la atmósfera? ¿Qué dice la ciencia al respecto? ¿Qué perspectivas tenemos a futuro?

Por un lado, cuando se hace referencia al calentamiento global se alude al incremento de la temperatura de la superficie de la Tierra por el aumento del dióxido de carbono y otros GEI. Este aumento de la temperatura está asociado al factor antropogénico, es decir, por las acciones del hombre.

Sin embargo, cuando se habla del cambio climático, se hace alusión a un espectro más amplio. Las causas de este están asociadas a dos tipos de forzantes, uno de origen natural que tiene raíz en dos componentes, una astronómica (modificaciones en la cantidad de energía que emite el Sol, etc) y otra geológica (erupciones volcánicas, deriva continental y movimientos orogénicos). El segundo forzante está asociado al factor antropogénico que conlleva a cambios en la composición química de la atmósfera inducidos por la actividad humana, donde juega un rol fundamental el calentamiento global como efecto del cambio climático antrópico.

Todos recordaremos el pasado 2020 por su impacto en diversas áreas de nuestra vida. El clima no estuvo exento a ello, pues a pesar de la reclusión por la COVID19 y la reducción temporal de las emisiones de GEI por las medidas tomadas en respuesta a la pandemia, las concentraciones atmosféricas de los principales GEI (CO2, CH4 y N2O) continuaron con marcado aumento. Esto permitió un mayor calentamiento debido a la larga permanencia del CO2 en la atmósfera (WMO, 2021).

Sin embargo, este no fue el único aspecto relevante en cuanto al clima en el 2020. La Organización Meteorológica Mundial (OMM), en su último informe Estado del Clima Global 2020, señaló que la temperatura media global en 2020 se ubicó en 1,2 ± 0,1 °C por sobre la línea de base preindustrial (1850-1900). Este comportamiento situó a 2020 como uno de los tres años más cálidos registrados a nivel mundial (WMO, 2021). Por otro lado, la OMM resalta que la década 2011-2020 fue la más cálida desde 1850; y los últimos seis años, incluido 2020, han sido los más cálidos en registro.

Otro dato interesante, relacionado con el océano, es que aproximadamente el 90% del exceso de energía derivada del calentamiento global va hacia este reservorio. El Contenido Oceánico de Calor en 2020 en la capa de 0-2000 m superó el récord de 2019. En cuanto a la tendencia del Nivel Medio del Mar (+3.29 (+/- 0.3)) mm por año, el nivel medio de los océanos alcanzó su punto máximo en 2020.

El reciente informe del IPCC reúne los últimos avances y evidencias para una comprensión física más actualizada del Cambio Climático tanto a nivel global como regional. Investigadores argentinos también han sido parte de su elaboración, incluidos científicos del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) de CONICET Mendoza. Las conclusiones más relevantes son:

  • Los cambios recientes en el clima son generalizados, rápidos, cada vez más intensos y no tienen precedentes en miles de años.
  • Reducciones inmediatas, rápidas y a gran escala de las emisiones de GEI son indispensables para limitar el calentamiento a 1.5º C.
  • El cambio climático ya está afectando a todas las regiones del planeta de múltiples formas.
  • No hay vuelta atrás de algunos cambios en el sistema climático.

Si bien en estos días los medios de comunicación se han hecho eco de este gran avance científico, las alarmas en alusión al cambio climático están sonando más que nunca. Aún queda mucho por hacer y poco tiempo para actuar. Hoy más que nunca, resulta fundamental redoblar las apuestas climáticas nacionales hacia la próxima COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) en Glasgow. Concientizar y que los políticos actúen desde la postura de la integración son acciones que harán que las consecuencias del cambio climático no sean una crónica de muerte anunciada.

*Pertenece al Programa Nacional de Meteorología del IANIGLA.

*1Pertenece al Grupo de Historia Ambiental del IANIGLA.