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Crean en Mendoza un insecticida no tóxico que permite el control de plagas

Fue desarrollado desde el CONICET. Usa nanomateriales, en el marco de la revolución que esa rama de la ciencia produce en la actualidad. Cómo fue el desarrollo.

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22 de septiembre de 2014

El desafío de alimentar a 7,2 mil millones de personas ha sido posible gracias al control de plagas y enfermedades. Esto también implica un costo muy alto, ya que la gran mayoría de los pesticidas están elaborados a partir de sustancias tóxicas y síntesis orgánicas, cuyos efectos sobre la salud de las personas y el medioambiente terminan siendo negativos. Actualmente, son responsables de casi tres millones de casos anuales de intoxicación aguda y/o crónica a nivel mundial y están relacionados con fenómenos como mutaciones genéticas, cáncer, leucemia, linfomas, y mielomas.

Por esto, es que la ciencia y la industria llevaban décadas abocadas la búsqueda de productos más seguros para el hombre y el ambiente, centrando su atención en el desarrollo de pesticidas a base de sustancias naturales, como extractos vegetales y polvos inorgánicos.

Fue recién en 2010, cuando el trabajo de Teodoro Stadler y su equipo del IMBECU (Instituto de Biología y Medicina Experimental de Cuyo) en el CONICET, fue clave para el hallazgo de un nanomaterial con propiedades insecticidas de baja toxicidad para el hombre y para el ambiente y que se erigió como una excelente alternativa para la sustitución de pesticidas tradicionales.

El nuevo material está compuesto de alúmina, una sustancia omnipresente en la naturaleza, que junto con la sílice es uno de los principales componentes de las arcillas presentes en todos los suelos. De aquí se desprende que, a pesar de tratarse de un producto no degradable, su presencia en el ambiente no afecta la integridad ni el funcionamiento de los ecosistemas.


Nanociencia

La nanociencia es un área emergente de la ciencia que se ocupa del estudio de los materiales de muy pequeñas dimensiones y que en la actualidad ha dado a luz a una gran variedad de productos que son utilizados en la vida cotidiana por millones de personas, como materiales más livianos y resistentes, catalizadores para la combustión, medicamentos, entre otros infinitos usos.

El nanoinsecticida es una sustancia inorgánica obtenida por síntesis, que posee un mecanismo de acción basado en fenómenos físicos en lugar de los bioquímicos-toxicológicos, típicos de los insecticidas convencionales. La acción insecticida de este material depende de las propiedades triboeléctricas (diferencia de carga eléctrica), del cuerpo de los insectos, de las cargas eléctricas de las partículas y de fenómenos de adsorción, que en conjunto hacen que las partículas se adhieran al cuerpo de los insectos y actúen como “secuestrantes” de las ceras de la cutícula, provocando la muerte del insecto por deshidratación y no por intoxicación.


Comercialización

Por sus características, modo de acción y baja toxicidad, el Nanoinsecticida se presenta como un concepto avanzado en el campo de los pesticidas, ya que por ejemplo, con tan solo 125 gramos del Nanoinsecticida por tonelada de grano almacenado (trigo, maíz, etc.), se obtiene el control total de insectos plaga, sin afectar la salud y el medioambiente.

Debido a que el desarrollo es aún muy reciente, Stadler comenta que van a tardar algunos años hasta que los productores se animen a invertir en esta nueva tecnología. Por el momento, algunos laboratorios ya se han mostrado interesados en su producción, por lo que solo es cuestión de tiempo que comience a emplearse en los campos argentinos.

En el sector frutícola de Mendoza, podría servir para eliminar riesgos de intoxicaciones. También tendría una función de importante para la lucha contra la mosca de los frutos  y las plagas del manzano o de la vid.

Por: Horacio Yacante

Fuente: Diario Vox