CCT Mendoza

Percepción de desastres ante fenómenos naturales

Los desastres provocados por fenómenos naturales son vividos de distinto modo según quienes lo sufren. Aspectos de género, edad, lugares y posición económica, imprimen en los pobladores distintos efectos ante fenómenos como el terremoto, el viento Zonda, el granizo, los aluviones y otros. Entrevista: Margarita Gascón, doctora en Historia. Unidad de Arqueología – INCIHUSA-CONICET Mendoza.gascon@mendoza-conicet.gov.ar. Redacción-Edición: Myriam Arancibia, Licenciada Comunicación – LaDyOT-IADIZA, CONICET Mendoza. marancibia@mendoza-conicet.gov.ar

Compartir en redes sociales
20 de enero de 2010

En la población, se produce una fragmentación al evaluar cómo vive los impactos de los fenómenos naturales, entre ellos, los terremotos. Según Margarita Gascón, autora del libro“Percepción del desastre Natural”, hay un impacto diferencial de los impactos naturales de acuerdo a la edad y al género. En el caso de las mujeres, que sufren la destrucción de su casa y son trasladadas a albergues con su familia, sufren con mayor intensidad el impacto porque deben seguir atendiendo a enfermos, niños, a mayores o familiares desvalidos. Mientras, los hombres, retoman su ritmo laboral, sintiendo solamente el impacto de no dormir y comer en su casa.

Percepciones

“La gente mayor –explica la investigadora- que había perdido sus cosas y estaba en albergues, rompiendo el ritmo habitual de vida, tendía a negarse a la asistencia médica y a comer”. Y agrega -se quedaban escondidos en un rincón y les daban prioridad de asistencia a los niños y a los jóvenes”. Esta visualización se hizo después del terremoto  de Kobe (Japón), a partir de la investigación sobre cómo había reaccionado la población, de acuerdo a la franja etárea. Cuando comenzó la evacuación, los médicos y socorristas descubrieron que la gente mayor, además de estar en estado de shock y pérdida de orientación, había descuidado su salud, no había comido y el cuadro era de deshidratación porque no habían querido ser objeto de atención. Surge de la investigación que los mayores sentían que ni tenían derecho a reclamar los servicios que se les daba a los niños o adultos jóvenes. “Es bueno –recomienda la doctora Gascón- que los socorristas y voluntarios que trabajan después de una catástrofe, pongan atención en las personas mayores”.

Catástrofes

Muchas veces, se piensa en nuestro hábitat que la única catástrofe es el terremoto y además, se la analiza desde la percepción urbana y de clase media. “Por esta razón –aclara Gascón- pareciera que el Zonda es algo incómodo y, sin embargo, para mucha gente es una catástrofe feroz que vuela su casa pobre o un comedor donde van comer sus hijos. Una granizada o una helada, que destruye cosechas en zonas agrícolas, es también una catástrofe”. 
Hay fenómenos de origen geológico y meteorológico que ocasionan daño. Mendoza, al no ser costera, se salva de los tsunamis pero, en general, puede sufrir heladas, tormentas de nieve, de rayos, granizo, vientos (como el Zonda), fenómenos asociados al vulcanismo, deslizamiento de tierras, aluviones, etc.

Percepción y medida de la catástrofe
 
“La fragmentación social se percibe respecto de la percepción de una catástrofe. No necesariamente, una casa de lata puede producir una muerte. Pero, si cae una viga de un edificio encima de alguien, difícilmente, sobreviva.
Si ponemos como ejemplo, el terremoto de 1985, en Mendoza, hubo áreas que sufrieron la caída de las casas y, cruzando el zanjón (que es una falla natural, como el Maure), no había impacto”.

En el caso de un terremoto masivo, como el de Haití, habría un sistema multivariable. Significa que un edificio puede comportarse bien pero, si el de al lado lo chicotea, se añade un fenómeno a la estructura. Puede ocurrir que una casa, construida con cálculo sísmico ajustado, buenos materiales y buena construcción, se derrumbe porque la casa de al lado la golpeó o se derrumbó y generó el hundimiento del suelo, provocando su derrumbe. También, ocurre que el impacto del sismo no sea tan grande pero que provoque fenómenos de multicatástrofes. Es decir, afecta la cañería de una destilería y explota o provoca una grieta en una represa y el agua esté en 10 minutos sobre la ciudad.

“En estos casos, lo que causa daño es el efecto del sismo y no el movimiento en sí mismo. Los efectos multicatástrofes generan más temor porque no pueden predecirse totalmente. La gente percibe que la catástrofe es de origen geológico (vulcanismo o terremotos) porque la fuerza que libera es descomunal. Además, no son tan regulares o cíclicos. Siempre se espera aluviones, Zonda, tormentas severas y al estar más acostumbrados a estos fenómenos, los pobladores lo retiran del área de la catástrofe” -agrega la investigadora.

“Sí, hay que estar preparados para un aumento en intensidad y en frecuencia debido al cambio climático que implica una tendencia a cambio extremo. Se comenzará a percibir tormentas graniceras con tamaños aumentados hasta del tamaño de un huevo que destruye techos, autos y, por supuesto, la producción”.