Divulgación Científica

Paleontología: viaje al pasado remoto de nuestra provincia

Los mamíferos prehistóricos son objeto de estudio del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (lANIGLA).

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9 de noviembre de 2018

Por Esperanza Cerdeño – Investigadora Independiente IANIGLA

La espectacularidad de los grandes dinosaurios dio lugar a que los fósiles en general, y la Paleontología como ciencia, hayan llegado al conocimiento de todos y, particularmente, de los niños y adolescentes.

Sin embargo, la historia de la vida es muy amplia y comprende infinidad de organismos que han evolucionado a lo largo de más de 600 millones de años (Ma, del latín Mega annum, unidad de tiempo equivalente a un millón de años). Los fósiles nos permiten conocer cómo fueron esos organismos y su relación con el ambiente en que vivían. 

El tiempo geológico se divide en tres grandes eras: la paleozoica, dominada por la vida en los mares y los primeros animales y plantas terrestres; la era mesozoica, a lo largo de la cual distintos grupos de reptiles fueron los representantes más llamativos, tanto marinos como terrestres y voladores; y, por último, la era cenozoica, caracterizada por la vasta explosión evolutiva de los mamíferos. 

Leontínido Gualtacuyana. Cráneo y reconstrucción (Jorge Blanco).

Gran variedad

La gran extinción de finales del periodo Cretácico afectó tanto a los dinosaurios como a muchos otros organismos, creándose una situación propicia para que grupos como los mamíferos se diversificaran y expandieran por todo el planeta. 

La provincia de Mendoza cuenta con un patrimonio paleontológico muy rico y diverso, desde invertebrados marinos paleozoicos, como los trilobites, a ictiosaurios (reptiles marinos) o grandes titanosaurios mesozoicos, pero también extraños mamíferos cenozoicos que no tienen equivalentes entre los animales que conocemos hoy en día. 

Estos mamíferos son el objeto de estudio de un grupo de investigadores del IANIGLA (CCT CONICET Mendoza) y se han colectado en diversos puntos de nuestro territorio  y en sedimentos de distintos periodos, desde el Eoceno (unos 40-45 Ma) al Pleistoceno más reciente (10.000 a 40.000 años).

Continente isla

Los mamíferos fósiles de Mendoza incluyen varios grupos que no tienen equivalentes actuales ni una relación de parentesco cercana. Esto se debió a que América del Sur actuó como un continente isla, favoreciendo la evolución de sus biotas (conjunto de organismos vivos) de forma independiente de otros continentes.

Entre dichos mamíferos están los denominados “ungulados nativos sudamericanos” que, a su vez, reúnen a varios grupos diferentes: xenungulados, notoungulados, litopternos, astrapoterios y piroterios. Asimismo, otros grupos que sí tienen parientes vivientes, pero que tuvieron mucha mayor representación en el pasado son los xenartros (perezosos, armadillos y osos hormigueros) y los marsupiales. 

Pequeños caballos

Una de las asociaciones de mamíferos fósiles más notorias de Mendoza es la de la localidad denominada Quebrada Fiera, situada en el extremo sur de Malargüe, correspondiente al Oligoceno tardío, con unos 25-29 Ma.

Allí se han encontrado numerosas especies de notoungulados, desde el tamaño de un conejo (los hegetoterios, interaterios y arqueohirácidos) o una oveja (los mesoterios y notohípidos) hasta animales de gran tamaño como los toxodóntidos, leontínidos y homalodotéridos; más grande aún es el piroterio, cuyo aspecto se asemejaría a un pequeño elefante, y no faltan tampoco los litopternos (macrauquénidos y proterotéridos), con aspecto de pequeños caballos. En Quebrada Fiera, también se han encontrado marsupiales carnívoros de talla mediana, a la vez que uno de tamaño diminuto llamado Fieratherium. 

Los xenartros, por su parte, están representados por distintas especies de perezosos terrestres (no arborícolas como los actuales) y gliptodontes (armadillos gigantes).

También se han hallado restos de roedores y un lagarto pequeño. 

En la zona de San Rafael y San Carlos, así como en las cercanías de la capital, se han descubierto otras asociaciones fósiles más modernas, con una edad entre 5 y 17 Ma, correspondientes a distintas etapas del periodo Mioceno. Se incluyen las localidades de Aisol, Huayquerías de San Carlos o la Formación Mariño en Divisadero Largo y Potrerillos.

En estas faunas, también se han reconocido notoungulados, litopternos, xenartros, roedores y marsupiales de distinto tipo. Además, en las Huayquerías de San Carlos aparecen los primeros representantes del orden Carnívora, emparentados con las especies del hemisferio norte. Son los primeros inmigrantes norteños que precedieron a lo que se ha denominado el “Gran Intercambio Biótico Americano”. 

Fauna en movimiento

Este acontecimiento supuso el desplazamiento de distintos grupos faunísticos a través del istmo de Panamá, que estableció la conexión terrestre entre las dos Américas, aisladas entre sí durante millones de años. El levantamiento del istmo ocurrió hace unos 3-4 Ma y favoreció la dispersión de las faunas en ambos sentidos, aunque mayor desde el norte hacia el sur. De esta forma, los periodos Plioceno y Pleistoceno de América del Sur incorporaron elementos más similares a las faunas actuales, como los caballos, los mastodontes (parientes de los elefantes), los ciervos y los verdaderos carnívoros (como osos, félidos o cánidos), entre otros. 

Durante el final del Pleistoceno, hubo otro periodo de extinción masiva a nivel global que acabó con gran parte de la megafauna sudamericana, tanto de las especies nativas (por ejemplo, los perezosos terrestres gigantes -megaterios-, los grandes gliptodontes o los toxodontes -notoungulados del tamaño de un rinoceronte-) como de especies inmigrantes (caballos y mastodontes).

Difusión

Nuestro trabajo diario se enfoca en la investigación detallada de estos fósiles que encontramos, cuyos resultados damos a conocer en revistas científicas especializadas, pero también consideramos necesario trasladar nuestras investigaciones al público general. 

Los fósiles forman parte de colecciones científicas que pueden darse a conocer de distintas formas. Por ejemplo, a través de exhibiciones en museos, como es el caso del Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas  “Juan Cornelio Moyano”, situado en el Parque General San Martín, donde en este momento hay una muestra de los especímenes hallados en Quebrada Fiera. 

También realizamos talleres de paleontología destinados a chicos de 10 a 12 años, particularmente con motivo de la Semana de la Ciencia y la Tecnología, o de forma más eventual. Es importante que la gente conozca el patrimonio paleontológico como parte del patrimonio cultural de toda la sociedad y que aprenda a respetarlo y protegerlo.