Divulgación Científica

El edificio de la FAUD – UM, patrimonio nacional

La Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Mendoza: construcción institucional y material (1961- 1964 c).

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17 de diciembre de 2019


Por Dra. Arq. Cecilia Raffa, Grupo Historia y Conservación Patrimonial (INCIHUSA- CONICET)

El interés general que ha despertado la reciente incorporación del edificio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Mendoza (FAU- UM) en el listado de patrimonio nacional abre la posibilidad de repasar su historia constructiva, pero también institucional. Además de los avances que supuso su materialización con premoldeados, la concreción de la FAU-UM fue una de las experiencias más importantes en la consolidación del campo de la arquitectura en Mendoza y en la difusión del ideario moderno.

Antes que se inaugurara el edificio en 1964, la FAU-UM fue creada por decisión del Directorio del Instituto Cuyano de Educación Integral (ICEI). La generación de una Facultad de Arquitectura privada en el interior del país fue un hecho de trascendencia nacional, teniendo en cuenta su contexto político de inserción. La Facultad fue gestándose en la trama de relaciones profesionales y personales que poseía el grupo de Daniel Ramos Correas, Enrico Tedeschi, Raúl Panelo Gelly y el ingeniero Justo Pedro Gascón. Juntos participaron de su fundación en 1961.

Enrico Tedeschi fue decano, organizador y docente de esta casa de estudios, impulsando una experiencia pedagógica novedosa de modernidad y vanguardia. Diseñó además, en colaboración con los ingenieros Diego Franciosi y Roberto Azzoni (diseño estructural) y Daniel Ramos Correas (patio/atrio), el edificio que albergaría la Facultad, destinado a alojar los cinco cursos que en ese momento componían la carrera. El proyecto inicial del claustro universitario se completó con otras dos obras del arquitecto romano, la Facultad de Ingeniería y luego la de Ciencias Jurídicas y Sociales.


Proyectado en 1962, el edificio para la FAU se desarrolla a partir de un sistema de malla estructural desplegada en sus caras norte y sur, combinado con tabiques de hormigón revestidos en ladrillo visto que cierran las fachadas este y oeste. Ese sistema contiene una sucesión de plantas libres y un núcleo de servicios y circulación.

Al norte, la línea de carpintería se retiró de la fachada, generando galerías de acceso a las aulas. La cubierta acompaña el ritmo de la malla. La empresa SCAC (dirigida por Franciosi), que fabricaba elementos de hormigón prefabricados, posibilitó su realización.

La obra se incorporó al conjunto de ejecuciones que se comenzaban a realizar en la provincia, caracterizadas por los ensayos con el hormigón armado utilizado de modo expresivo y experimentando, en algunos casos, con prefabricación de elementos in situ.

Vale la pena mencionar en ese grupo otros edificios institucionales que se ejecutaron a partir de las posibilidades que la prefabricación daba, entre ellos los colegios Martín Zapata (1961) y Universitario Central (1962), proyectados por Juan Brugiavini; el Palacio Policial de Raúl Panelo Gelly (1966); el edificio de la Municipalidad de la Capital y Concejo Deliberante del Estudio Olguín-Maroi-Lacerna (1967-1969), el Banco de Previsión Social del Estudio Olguín-Maroi (1969) y el primer ciclo de edificios de la Centro Universitario de la UNCUYO (1960-1969 c) diseñado con la intervención de varios profesionales, bajo la dirección de Aniceto Puig.

En términos académicos, Tedeschi pudo en la FAU plantear un programa pedagógico de avanzada, un ensayo en condiciones de aislamiento, donde los vínculos académicos eran elegidos entre lo más selecto del mundo académico y profesional del país y el extranjero. Así, la pequeña escuela estableció y sostuvo lazos con Marina Waisman (UNC), Jorge Sacriste (UNT), Jorge Scrimaglio (UNL), Miguel Ángel Roca (UNC), José Le Pera (UBA, miembro del grupo Austral) y Diego Díaz Puertas (UNT), entre otros.

En esos años la enseñanza de la teoría se integraba a la práctica proyectual, fomentando un compromiso con la identidad del lugar, con el equilibrio entre tradición y modernidad, con un concepto de funcionalidad flexible y abierta, con respeto por los valores constructivos y estructurales de la arquitectura. Conceptos todos que pueden leerse en la materialización del edificio proyectado.


Como práctica habitual, se organizaban concursos de proyectos para los alumnos con el auspicio de empresas e instituciones del medio (Pescarmona, UIA, etc.) y exposiciones de trabajos en museos como las realizadas en el Municipal de Arte Moderno por la docente Liliana Rainis. Asimismo filósofos, artistas, arquitectos e ingenieros visitantes dictaron cursos y se realizaron cursillos guiados por los profesores de la FAU.

La apertura de la carrera permitió a muchos arquitectos que ya trabajaban en Mendoza ejercer la docencia universitaria. Del cuerpo docente inicial participaron, entre otros, los arquitectos Raúl Panelo Gelly, Carlos Andía, Edgardo Alfaro, Vittorio Allegrini, Miguel Rosso, Miguel Villanueva, Gerardo Andía, Hugo Dalla Torre, Martín Abraham, Aniceto Puig, Pedro Merlo, Héctor León, Gilberto Olguín, Carlos Caporalini, Miguel Ángel Martínez, Liliana Rainis, Noemí Goytía, Gilberto Olguín, Juan Brugiavini, Jaime Perelló, Osvaldo Cocconi, Luis Casnati, Ernesto Martinelli, Hugo Raina, Ricardo Bekerman, Julio Díaz Valentín, Jorge Vico, Daniel Ramos Correas, Carlos Gainza, María Cristina Díaz Valentín, Miguel Ángel Guisasola, Raúl Amprimo, Juan José Schmidt, Enrico Tedeschi, Miguel Giraud, Jacques Caspi y Hernán Godoy.

Con un promedio de 20 alumnos por año durante los tres primeros años de funcionamiento, en 1965 comenzaron a egresar los primeros arquitectos de la novel Facultad. Muchos de ellos aún antes de recibirse, se convirtieron en ayudantes alumnos de las distintas asignaturas.

El primer egresado fue Miguel Rosso en 1965, a quien le siguieron en 1966 Raúl Amprimo, Enrique Casetti y Julio Díaz Valentín. En 1967 se recibieron Francisco Coppo, Ricardo Bekerman, Vittorio Allegrini, Ernesto Martinelli, Miguel Guisasola, Eduardo Duek y Hernán Godoy. Formó también parte de esta camada María Cristina Díaz Valentín, la primera arquitecta recibida en Mendoza.

La FAU-UM, abrió las posibilidades del ingreso de estudiantes mujeres a la carrera, cuya matrícula progresivamente alcanzó a la de sus compañeros. Hasta ese momento, el campo de la arquitectura de Mendoza tenía contadas arquitectas ejerciendo la profesión y las que lo hacían, en general, eran originarias de otras provincias como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, donde habían estudiado para luego afincarse en Mendoza. En estas provincias las arquitectas tenían al menos dos décadas en el ejercicio de la profesión.


Para las mendocinas, la opción de estudiar en otra provincia no había sido hasta los años 60 muy común.  Esto dependía básicamente de las capacidades económicas de las familias para solventar gastos de estancia e instrucción fuera de Mendoza, pero también de su capital cultural, que les brindaba la posibilidad de valorar y apoyar la educación femenina.

Sumado a la proximidad a la que hemos hecho referencia, desde el inicio de su funcionamiento la FAU previó el otorgamiento de becas. En 1968 se instituyó la beca “Edgardo Alfaro”, sostenida por los profesores; también estuvieron vigentes las becas otorgadas por la Universidad de Mendoza y un tercer tipo de ayuda, que era auspiciada por empresas del medio

A partir de 1968, el número de egresados creció sustancialmente. Enrico Tedeschi dejó el Decanato a fines de 1972, Si bien continuó con su actividad docente como profesor de Arquitectura 5-6 y el Taller de Tesis hasta 1975 c., empezó a dedicarle mayor tiempo a la investigación científica. Fundó el Instituto de Arquitectura y de Urbanismo de la FAU-UM y el IADIZA (Instituto Argentino de Investigación de Zonas Áridas) junto a otros científicos y profesionales de Mendoza. Hoy eI IADIZA es una unidad ejecutora de Conicet, con sede en el CCT Mendoza (Centro Científico Tecnológico de Conicet en Mendoza).

La gestión de Tedeschi al frente de la FAU fue un modelo por su organización, por la originalidad de su enfoque, por su unión entre enseñanza e investigación y por su promoción de la cultura. A la par, el edificio que ideó es uno de los mejores frutos de la arquitectura moderna en el país.

Bibliografía:

Raffa, Cecilia (2019). Campo disciplinar y profesión en Mendoza, 1960-2000, en: Raffa, Cecilia (dir.) Arquitectos en Mendoza. Biografías, trayectorias profesionales y obras (1900-1960), tomo 2, Mendoza, IHA- FFyL- UNCuyo. Disponible en: http://bdigital.uncu.edu.ar/13376

Guía de Arquitectura Latinoamericana: Mendoza, Clarín, 2008.