Divulgación Científica

El desarrollo de la botánica en Mendoza

Con motivo del centenario de la recolección de la primera planta del herbario particular del Dr. A. Ruiz Leal, deseamos compartir la historia del hoy herbario MERL, del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA, CONICET- UNCuyo- Gob. Mza.).

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24 de noviembre de 2016

Los herbarios, o sea, colecciones de muestras de plantas que mayormente se conservan secas, son utilizados por especialistas para estudios agronómicos, ambientales, polínicos, dendrocronológicos, paisajísticos, farmacopéicos, de biodiversidad, e incluso lingüísticos. La colección del IADIZA es la mayor del oeste argentino y posiblemente la más activa de la zona por la cantidad de visitantes y el fluido intercambio con otras instituciones.

En lo que a herbarios se refiere, Mendoza parece ser pionera. A principios del siglo XIX, el escocés John Gillies (1792-1834) realizó importantes colecciones en las cuales se describieron unas 200 especies desconocidas para la ciencia hasta ese momento. Más adelante, en 1858, el entonces gobernador Cornelio Moyano al crear el Museo que ahora lleva su nombre, incluyó entre los motivos la siguiente frase:

Ocuparán el segundo lugar las muestras vegetales, inscribiendo en cada una el nombre indígena y las condiciones que poseyere, aromática, oleosas, tintóreas, medicinales, de construcción, etc., el lugar de producción y el dueño del terreno…”.

A principio del siglo XX se radica en Mendoza el micólogo Renato Sanzín, quien además de sus funciones en la incipiente Escuela Nacional de Vitivinicultura, ejerce como profesor en el Colegio Nacional Agustín Álvarez.

El Dr. Ramón Adrián Ruiz Leal (1889-1980) coleccionó sus primeros ejemplares a los 18 años, como discípulo de Sanzín. Luego comenzó estudios universitarios de biología en Buenos Aires, pero debió desistir por falta de recursos económicos. De allí en adelante fue un meritorio autodidacta, relacionándose con numerosos centros de investigación. Se unió a expediciones de geólogos, arqueólogos y andinistas, mayormente en condiciones precarias. Además, organizó sus propias expediciones tomando muestras en los lugares más remotos de Mendoza. Su herbario particular, con unos 27.000 ejemplares -cada uno con el registro de su procedencia, fecha y observaciones de campo- se encuentra desde el año 1976 constituyendo el herbario del IADIZA y otra parte se mantiene en el herbario MEN de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo, donde fue Profesor y posteriormente galardonado con el título de Dr. Honoris Causa. Realizó unas 70 publicaciones, entre ellas el muy conocido y útil libro “Flora Popular Mendocina”. Por muchos años contó con la colaboración de su esposa, Margarita Cabrera, no solo en su domicilio, sino también luego de la incorporación del herbario al instituto.

Este herbario actualmente conocido en el mundo de la botánica como “MERL” (abreviatura convenida internacionalmente para “Mendoza Ruiz Leal”) se formó en 1976, en base a la colección particular de Ruiz Leal, pocos años después de la creación del IADIZA, ocurrida en 1972.

El primer responsable del herbario ya donado al estado, fue el Ing. Agr. José Ambrosetti, -con la entusiasta colaboración del entonces alumno Luis Del Vitto-; luego se incorpora el Ing. Agr. Fidel Roig Simón (1922-2008), ambos profesores la de la Universidad Nacional de Cuyo. De allí en adelante ingresó otra generación más numerosa. Las dos ramas principales de estudios fueron la taxonomía (clasificación de las plantas), y la fitosociología, o sea una rama de la ecología que estudia las comunidades vegetales. Podemos mencionar entre los investigadores al Ing. Agr. L. Del Vitto, al Dr. Eduardo Martínez Carretero, la Dra. Iris Peralta, al Dr. Antonio Dalmasso, el recientemente fallecido Ing. Agr. Eduardo Méndez, la Ing. Agr. Margarita González Loyarte, el Dr. Roberto Kiesling y a la Prof. Elena M. Abraham, dedicada a temas de desertificación.

En la actualidad colaboran con las investigaciones la Prof. Mónica Delugan, la Prof. Cecilia Scoones, la Ing. Agr. Estela Azpillaga y Lorena Bonjour; hasta hace muy poco se contaba con la entusiasta colaboración de Irma Del Vitto.

El herbario, y el instituto en general, funcionan como una prolongación de varias universidades. Así es que se colaboró en la formación de varios profesionales y recientemente de las Dras. Sofia Albesiano, de Colombia y Alejandrina Alaria de Mendoza. En este momento dos alumnos realizan sus trabajos de doctorado, los Ings. Ana Vignoni y Pablo Molina. Cada año varios pasantes realizan entrenamientos en las tareas de herbario, incluyendo la determinación de ejemplares, ordenamiento, montaje y otros.

Actualmente el herbario cuenta con cerca de 80.000 ejemplares; de ellos unos 62.000 están ordenados por familias botánicas y dentro de ellas por orden alfabético según sus nombres científicos, otros 18.000, donados por el Ing. Méndez, deben ser gradualmente incorporados, tarea que sin duda deseaba realizar personalmente. Cerca de 400 ejemplares son “tipos”, es decir, el material utilizado para describir por primera vez algunas especies, documentos indispensables en caso de duda de la identidad de los nombres.

La colección se formó con los aportes mencionados y también con el intercambio de duplicados con otras instituciones y la ayuda de otras personas interesadas en las plantas: naturalistas de Mendoza, andinistas, alumnos, etc.

Desde hace tiempo se están digitalizando los datos de los ejemplares para incorporarlos a una base nacional en la que participan los herbarios más importantes del país, y que facilita la labor de los estudiosos de las plantas.

Silenciosamente, los herbarios siguen aportando información para el mejor conocimiento de la naturaleza, con sus implicancias en nuestras vidas y en la economía regional.

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Nota confeccionada por los integrantes del la Unidad de Botánica, IADIZA (CONICET- UNCuyo- Gob. Mza.).


El Dr. Adrian Ruiz Leal en trabajo de campo

Su herbario particular contaba con unos 27.000 ejemplares