CCT Mendoza

El CONICET y DERVINSA inician lazos de colaboración científica

Las actividades estipuladas en un acuerdo firmado en el CCT estarán a cargo del Laboratorio de Metalurgia Extractiva y Síntesis de Materiales del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas.

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25 de febrero de 2022

El Consejo Nacional de Investigaciones científicas y Técnicas (CONICET) y la empresa DERVINSA firmaron un convenio de colaboración científica que tiene como propósito la caracterización de muestras de cenizas de derivados de la industria vitivinícola, y de sulfato de calcio proveniente de la producción de ácido tartárico, para determinar su composición, las estructuras cristalinas presentes y la morfología, con el fin de evaluar la eventual posibilidad de aprovechar los subproductos vínicos en otras actividades industriales.

Las labores científicas estarán a cargo del Laboratorio de Metalurgia Extractiva y Síntesis de Materiales (MeSiMat) del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas (ICB, CONICET-UNCUYO). Se trata del primer convenio de este tipo que lleva a cabo la Unidad Ejecutora desde su reciente formación.

La firma del acuerdo se llevó a cabo en un acto realizado en la sala San Guillermo del CCT CONICET Mendoza, donde estuvieron presentes: el Director del CCT, Dr. Fidel Roig; el Director del ICB, Dr. Rodolfo Wuilloud, los investigadores, Dres. Daniel Rosales y Mario Rodríguez, responsables del MeSiMat y el Abog. Juan José Polizzi, responsable de Convenios Institucionales. Por parte de DERVINSA participaron, su gerente general, Roland Kosche, la gerenta de administración y finanzas, Carmen Gandolfo, la gerente de laboratorio, calidad y desarrollo de nuevos productos, Celeste Dalfovo, y Federico Urigüen, gerente de asuntos institucionales.

Autoridades del CCT, el ICB y DERVINSA junto a investigadores.

Al respecto del acuerdo, el Dr. Wuilloud, expresó: “La celebración de este convenio con una reconocida empresa de Mendoza, representa un hito en la historia del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas debido a que, no solamente es el primer convenio que estamos celebrando con una empresa, sino también porque nos permite visibilizar el beneficio directo que tienen para la sociedad los conocimientos generados por los científicos de nuestro Instituto, en este caso, en lo referido al desarrollo de nuevas tecnologías químicas. Además, agregó: “Este acuerdo ayuda a resolver una problemática concreta de una empresa y está muy relacionado con el cuidado del medio ambiente, ya que lo que es considerado normalmente un desecho industrial, podría terminar siendo un producto de valor económico como resultado de nuestras investigaciones”.

Por su parte, el gerente general de la empresa indicó que esta investigación permitirá dar un paso más en la estrategia de diálogo y articulación con el sector académico, científico y tecnológico que promueve DERVINSA, invitando a un proceso dinámico de innovación abierta e inteligencia colaborativa que acelere la transición de Mendoza hacia un modelo de economía circular, generador de beneficios sociales, ambientales y económicos.

Este acuerdo público-privado pone de manifiesto el compromiso del CONICET con su política de apertura y vinculación con la sociedad, cuyo objetivo es poner a disposición de los distintos sectores socioeconómicos su experiencia en investigación y desarrollo.

Sobre DERVINSA

DERVINSA, con 85 años de experiencia, viene concretando una ambiciosa transformación de su modelo de negocios, con el fin de ofrecer soluciones de base biológica a los desafíos ambientales de la industria. 

Desde sus inicios, la empresa ha recopilado, acopiado y procesado el material orgánico descartado del ochenta por ciento de las bodegas del país. De esta manera, realiza upcycling de 190.000 toneladas de material orgánico natural para obtener bioproductos como ácido tartárico, alcohol vínico, aceite de pepita de uva y compost, entre otros.

La biorefinería apuesta a la sustentabilidad de la industria y desde hace décadas le da tratamiento a los residuos que genera. Hace más de 20años que implantó un bosque de 110.000 árboles que es irrigado con aguas residuales ricas en nutrientes, derivadas del proceso de elaboración previamente tratadas y acondicionadas para su reúso agrícola.

Además, con una parte de los efluentes sólidos elabora un compost que es empleado como mejorador de suelos de viñedos y fincas. La otra parte restante se usa en la generación del ochenta y cinco del vapor (biomasa) utilizado en procesos por intermedio de dos calderas destinadas a tal efecto. De este modo, se evita consumir combustibles fósiles no renovables, lo que trae aparejado una importante reducción en las emisiones de CO2 a la atmósfera.