CCT Mendoza

Científica del CCT es la primera mendocina en incorporarse a una EBT con el formato de investigadora en empresa del CONICET

Victoria Bocanegra trabaja como responsable del área de investigación clínica en epiliquid, una empresa de base tecnológica que tiene como objetivo desarrollar un test para detectar el cáncer mediante un análisis de sangre. En la nota comenta cómo es su experiencia y en qué consiste esta modalidad de trabajo.

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25 de noviembre de 2022

Victoria Bocanegra, investigadora del CONICET. Gentileza investigadora.

Un equipo de investigadores e investigadoras del CONICET y la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo, junto a un grupo de emprendedores privados, se encuentran trabajando desde 2021 en el desarrollo de una novedosa tecnología que permitirá detectar el cáncer mediante un análisis de sangre. El proyecto es la principal misión de epiliquid, una empresa de base tecnológica creada por los propios científicos y científicas, y financiada por el Centro de Innovación Tecnológica Empresarial y Social (CITES), cuyo objetivo es desarrollar esta tecnología que detecta biomarcadores epigenéticos que circulan en el sistema sanguíneo, y que será materializada en test para el diagnóstico y seguimiento de pacientes con cáncer en diferentes etapas de la enfermedad.

Victoria Bocanegra, es médica, doctora en ciencias biológicas y la primera mendocina en incorporarse, como investigadora del CONICET, a trabajar en una empresa de base tecnológica, con un formato que alienta a científicos y científicas a realizar sus tareas con dedicación exclusiva en el sector privado con el propósito de promover el desarrollo innovativo y la formación de recursos humanos de investigación.

Bocanegra comenta de qué se trata esta modalidad de trabajo y cómo es su experiencia en epiliquid.

¿Qué hacen en epiliquid?

epiliquid es una empresa de base tecnológica (EBT) reconocida por el CONICET y fundada a principios del año 2021. Nuestro objetivo es desarrollar un test basado en biomarcadores epigenéticos capaz de detectar el cáncer de manera precoz a través de biopsia líquida, un método mínimamente invasivo a partir de una muestra de sangre.

Esquema que ilustra el proceso de trabajo de epiliquid. Gentileza investigadora.

¿Qué tareas desarrollás en la empresa?

Soy la responsable del área de investigación clínica. Gestiono actividades vinculadas con la realización de convenios de colaboración con áreas, instituciones y personas pertenecientes a la práctica médica y asuntos regulatorios. Por otra parte, me encargo de diseñar proyectos y protocolos de investigación cuyos objetivos científicos tengan un fundamento basado en criterios de relevancia médica, ya sea desde las bases fisiopatológicas de la enfermedad y su impacto epidemiológico, pero enfocados principalmente en la generación de nuevos conocimientos e innovación tecnológica.

¿Hace cuánto que estás trabajando en epiliquid: estuviste desde el principio o te sumaste una vez que fue creada?

El proyecto surge del trabajo de investigación científica de Emanuel Campoy, investigador del CONICET y uno de los fundadores, y se transforma en la EBT epiliquid en el año 2021. Me convocó Emanuel justamente por mi formación médica y la experiencia como Investigadora del CONICET con el objetivo de liderar los aspectos clínicos del proyecto, tanto en el área de investigación como de innovación. En junio de 2022 me incorporé formalmente a partir de la designación como Investigadora en Empresas del CONICET. 

¿Qué es ser una Investigadora en Empresa?

Ser investigador o investigadora en empresas implica que las personas dentro de la Carrera del Investigador Científico (CIC) del CONICET pueden desarrollar tareas científicas y de desarrollo tecnológico en empresas privadas radicadas en el país. La persona sigue perteneciendo al CONICET por un período variable que se acuerda con la empresa, pero varía entre dos a cinco años. Se realiza un convenio con la EBT radicada en Argentina, donde se especifica el plan de trabajo y las tareas que va a cumplir el investigador o investigadora, y se realiza el trámite del cambio de lugar de trabajo a la EBT. Las tareas y actividades son muy específicas y varían en relación al proyecto en particular que cada investigador e investigadora pacte con la empresa. Esta modalidad se implementó en el año 2003 y actualmente somos 56 quienes cumplimos funciones en empresas en Argentina. El trámite es relativamente simple pero al ser la primera persona que lo realiza en Mendoza tuve que recurrir al asesoramiento del CONICET en Buenos Aires.

Equipo de trabajo de epiliquid. Gentileza investigadora.

¿Cómo surgió esta idea de dejar una Unidad Ejecutora e irte a una EBT? ¿Por qué lo hiciste?

Creo que tiene mucho que ver con varios factores. Más allá de que la actividad científica es extremadamente creativa, el ejercicio laboral de la ciencia en algunos momentos es bastante estructurado. Uno de los factores que me llevó a moverme en otra dirección fue justamente eso, romper un poco con el camino conocido de la carrera científica. Poder desarrollarme en una EBT me permite seguir haciendo ciencia, que es mi motor profesional, y por otro lado, tener la posibilidad de que esos descubrimientos se materialicen en un producto o servicio que finalmente genere un bien. Creo que a pesar de no ejercer la medicina, la vocación me lleva a buscar mejorar la salud y el bienestar de las personas y creo que la ciencia, desde la posición en la que estoy ahora, es un gran lugar para perseguir ese objetivo.

Según tu visión, ¿Pensás que es importante que existan las EBT del CONICET?

Creo que son un híbrido casi perfecto porque permiten que personas altamente capacitadas en temas muy específicos puedan transferir sus habilidades a espacios que trascienden las fronteras científicas y académicas y así poner en valor la investigación científica. Si pensamos que el objetivo de una EBT es generar productos o servicios obtenidos a partir de la investigación científica y tecnológica, la articulación de la ciencia y el sistema empresarial resulta en una sinergia increíble porque permite que ambos sectores se nutran unos de otros y potencien sus capacidades. Es muy difícil y le lleva mucho tiempo a la comunidad científica pensar como empresas, y viceversa. Creo que la articulación es vital para generar proyectos de calidad que puedan redundar en beneficios para la sociedad.

Para finalizar, ¿Cuál creés que será el aporte de epiliquid a la sociedad?

Desde un punto de vista puramente “tangible”, si epiliquid cumple sus objetivos, en un futuro colaboraría a la detección temprana del cáncer, de forma poco invasiva, accesible y asequible a toda la población, por lo que, básicamente, colaboraría en salvar vidas. Pero bajo una mirada más global, integral y enfocada en este presente, siento que podría inspirar a otras personas. Epiliquid es el resultado del esfuerzo de un grupo de personas altamente capacitadas, formadas en ciencia de calidad por CONICET, que decidieron romper el molde y arriesgarse a trabajar para que una idea individual se transforme en proyecto multidisciplinario y disruptivo capaz de materializarse en un beneficio colectivo.