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Investigadora del CONICET fue seleccionada para participar de un programa del Wellcome Sanger Institute de Reino Unido

Es uno de los centros de genética más prestigiosos del mundo. La científica fue reconocida por su trabajo en estudios genéticos aplicados a la conservación de biodiversidad argentina.

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25 de septiembre de 2024

Melisa Olave, investigadora del CONICET en el Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA, CONICET-UNCUYO-Gob. Mza.), fue seleccionada para participar del International Fellowships Program (IFP),  perteneciente al Wellcome Sanger Institute del Reino Unido, uno de los centros de estudio de genética más prestigiosos del mundo.

El IFP busca impulsar investigaciones genómicas a nivel global, identificando talentos jóvenes en países en vías de desarrollo. Olave había sido galardonada recientemente por su trabajo con una mención especial, en la categoría BECA, en la 17ª edición del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”.

“Es un logro que no me hubiera imaginado tener. En 2013, mientras hacía mi doctorado, viajé a Inglaterra para hacer un curso de bioinformática, y ahí pude conocer el Wellcome Sanger Institute. Es un lugar de ensueño para cualquier científica que trabaja en genética. Es un instituto que siempre ha liderado tecnologías de punta que poco se pueden ver en el mundo. Desde mi viaje, siempre me quedé con la ilusión de alguna vez poder trabajar, aunque sea en colaboración con ellos. Así que sumarme como International Fellow es algo que me cuesta creer todavía”, comentó la científica sobre la incorporación, y agregó: “Además, dado el contexto actual, donde están parados los financiamientos nacionales y muy devaluados, es imposible seguir avanzando si no es por este tipo de subsidios internacionales. Es un alivio contar con esto, que me da tranquilidad para seguir trabajando los próximos años”. El reconocimiento incluye un subsidio de cien mil libras esterlinas para investigación y acceso a los recursos del Wellcome Sanger Institute, que comprenden laboratorios y servidores informáticos, entre otros.

La científica fue incorporada por su trabajo sobre estudios de genética aplicados a la conservación de la biodiversidad argentina, con especial foco en reptiles: lagartijas, serpientes y tortugas. “Tenemos un sistema de estudio impresionante que son las lagartijas del género Liolaemus, que tiene una de las radiaciones rápidas (capacidad de diversificarse rápidamente) más impresionantes que existen en el planeta. A través del programa Tree of Life del Wellcome Sanger Institute vamos a generar, por primera vez, genomas completos de estas lagartijas, lo que nos permitirá abordar un sinfín de preguntas de investigación para conocer cómo evolucionaron y fueron capaces de conquistar la gran diversidad de ambientes en los que se encuentran, incluidos ambientes extremos: son los únicos reptiles que llegan a las mayores alturas (5400 msnm), y a las latitudes más bajas en Tierra del Fuego”, explica Olave, quien argumenta que esta información genética permitirá elaborar planes de conservación más eficientes que tomen en consideración su estado de vulnerabilidad para poder predecir su respuesta y capacidad de supervivencia ante cambios ambientales, como el calentamiento global.

“Hay un efecto directo en el bienestar de la humanidad que depende de la biodiversidad. Necesitamos agua limpia y abundante, tierras sanas para cultivar y atmósferas con aire puro para respirar. Todo esto depende de ecosistemas saludables. Por esto, saber cuántas y qué especies tenemos en las diferentes regiones de nuestro país, cómo evolucionaron y qué características ecológicas necesitan para sobrevivir es información básica y necesaria para poder informar planes estratégicos de conservación de la biodiversidad. Esta información es fundamental para poder plantear un desarrollo socioeconómico sostenible en el tiempo”, concluye la científica.